jueves, 28 de julio de 2011

Javierada

11 03 Javierada

Ha sido tal regalo hacer esta actividad que me parecía importante compartirlo, pararme un momento a escribir sobre ello y destacar las valoraciones que habían hecho los chavales, a la vez que contar lo que hicimos.

Al final fuimos 19 (15 alumnos, Oihana y yo como profesores, y don Luis con Miguel, su secretario). Salimos de la plaza de san Juan de la Cruz la tarde del viernes. Allí tuvimos un primer momento de oración para poner toda la actividad en manos de Dios. Salimos en el bus, en el que estuvimos varias horas hasta llegar al Centro Diocesano de Javier. Nos instalamos en nuestras habitaciones (con literas de tres pisos), y tuvimos una reunión inicial en la que contar por qué habíamos venido y qué esperábamos de la actividad. En ese momento destacaban la preparación de cara a la Confirmación, el conocerse y unirse más como grupo, y el fiarse de la propuesta que les había hecho para ver qué tal estaba. Marcamos cómo teníamos que estar para conseguir eso que esperábamos, y marchamos a la cama que al día siguiente nos esperaba un intenso día.


Nos levantamos pronto para asearnos y desayunar y así llegar con el bus a Sos del Rey Católico. Allí tuvimos el rezo de laudes y una explicación de la historia del pueblo. Nos encontramos ya con don Luis y dejamos algo de tiempo para que los chicos pudieran ver la localidad y hacer alguna compra de agua. Nos reunimos en un punto para comenzar la peregrinación. Antes les dirigí unas palabras para preparar el camino, hablando del silencio, de ofrecerlo por algo o alguien, de aprovechar para hablar entre nosotros, de no ser superficiales...

Y nos pusimos a caminar. Íbamos en la centuria tercera y a buen ritmo (éramos 680). Aprovechamos para disfrutar del paisaje, estar en silencio, hablar en parejas y grupos. Conocernos más y plantear dudas sobre Dios, la Iglesia, hacer un juicio de lo que nos sucede cada día... ir al fondo de lo que somos y de cómo estamos ante las cosas. La lluvia nos respetó por completo, a pesar de que se preveía que hiciera acto de presencia. Paramos a comer y al poco proseguimos porque no nos quedaba mucho para llegar al Castillo de Javier.

Al llegar, descansamos, y nos preparamos para la Eucaristía, presidida por el arzobispo de Pamplona. Al terminar tomamos un chocolate con churros que apetecía bastante y dimos una vuelta por la zona, el interior del castillo... Foto de grupo y para el albergue para ducharse y prepararse a la siguiente actividad. No nos dio tiempo a tener un rato de juegos, pero pudimos descansar y estar listos para cenar e ir luego a la vigilia de oración. Hubo momento para rezar, confesarse, cantar... Vuelta al albergue y a dormir.

Al día siguiente recogimos todo y fuimos hacia el monasterio de Leyre. Un lugar espectacular por su belleza. Rezamos laudes y nosotros salimos para que Oihana nos explicara la portada de la iglesia del monasterio, y luego don Luis invitó a desayunar. Después organicé una especie de “Tengo una pregunta para usted” con don Luis de por medio. Pudimos hacerle preguntas, nos contó sobre su vida, la obra del colegio, sus preocupaciones, anhelos... Y tuvimos la reunión final en la que cada uno fuimos diciendo qué fotografía nos llevábamos de ese fin de semana. Con qué momento nos quedábamos... A continuación estuvimos en Misa con los monjes del monasterio, y de vuelta para Madrid parando a comer por el camino.

Personalmente ha sido una experiencia que me ha dejado muy contento. Ver cómo este grupo de alumnos se portaba en general tan bien, respondía de una manera que podría sorprender, sabía estar, aprovechaba cada momento, cómo ellos observaban, aprendían, querían más... al final uno sólo puede estar dando gracias a Dios por todo lo sucedido.

Ahora nos toca a todos hacer eso vida en el día a día de nuestras clases.

Fidel Mateos

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